Cuando supe que el reto de Typical
Spanish para noviembre era el día del dulce se me vino el mundo encima. Sólo se
me venían a la imaginación los extranjeros de mayor renombre internacional y
los cuatro típicos postres o dulces españoles de siempre conocidos por todos como
los buñuelos de viento, las rosquillas de anís, las tortas, tarta de Santiago,
el roscón, los huesos de santo y las yemas de convento.
Pensé ¡Qué horror! ¡Va a ser difícil!
Porque yo no soy muy dulcera y además preguntar a mi madre era tontería. Ella es
de Jaén y yo, tonta de mí, pensaba que en Jaén no había un dulce típico.
Así es que mi primera opción fue hacer
un dulce sefardí, que en Andalucía dejó su impronta. Cuando ya lo tenía
decidido pregunté a mi madre. Nunca hay que desistir.
Mi madre y sus "Hochigos"
Y me dijo: “Cuando yo era pequeña eran
muy típicos los “Hochigos” y le pregunté la receta. Ya sabéis como son las
madres y abuelas. ¿Cuánta harina? Con respuestas tan precisas como harina la que te pida, agua la que aguante,… Así es
que me puse a buscar la receta, pero no había forma de encontrarla con ese nombre. Decidí
buscarla más que nada para orientarme algo en las cantidades y documentarme
porque no me fiaba del nombre que mi madre me dijo, por eso de las variaciones
de cada pueblo andaluz y de cada persona.
Y sucedió. Un día buscando otra cosa
encontré una receta que se llamaba “Ochíos” y le dije a mi madre ¿Cómo era la
receta de los Hochigos? Y era muy similar. Pues ella me dio la
que no lleva huevo y se escribe Hochío aunque mi madre con su idiosincrasia
siga diciendo “Hochigos”. me contó que cuando se hacía pan en las casas, se hacían estos dulces con la masa sobrante. No sé si será la
auténtica porque el primer blog donde vi esta receta fue cocinando
entre olivos y decía que no había encontrado la receta sin huevo, pero desde luego es muy entrañable.
Pues mi madre me la dio si huevo y es una de las
muchísimas recetas regionales españolas que como no se impriman o recopilen en
algún libro se perderán. De hecho, ya se hace cada vez menos.
Antes os contaré un poco el origen de los Hochíos para que siempre os acordéis del nombre.
El Hochío (a veces también
escrito Ochío, aunque
la forma correcta según el DRAE sea Hochío) es un producto de panadería
tradicional originario del alto Guadalquivir con
muchos siglos de antigüedad. El nombre le viene dado por ser la octava
parte de la masa de un pan. Se elaboran de distinta forma, dependiendo de la
zona de Andalucía en donde se haga. Hay diferentes versiones según sea la población andaluza como en Jaén, La Roda de Andalucía o Estepa (Sevilla) donde pasa por ser un dulce típico de Semana Santa junto a pestiños, magdalenas y gachas.
Elaborado de forma tradicional, según recetas
ancestrales de las monjas, con azúcar y matalahúva. Antiguamente el azúcar se sustituía por miel vieja
(deshidratada). Su origen se remonta a los conventos que poblaron la cuenca del Guadalquivir y su consumo
se limitaba a la Pascua de Resurrección, a modo de festejo
por esta. De aquí también proceden los famosos hornazos, que se hace con un huevo duro entero y sin pelar en su
centro. El intercambio de monjas y monjes entre conventos propino su extensión
por distintas zonas de Andalucía.
He encontrado otras versiones más aromáticas
de los Hochíos en: Recetín
, Mi
alacena afriloli , Al sur del Sur y Carmina
en la cocina . Os dejo sus enlaces por si queréis ver otras maneras o
elegir la que más se adapte a vosotros.
Hochíos de Jaén
Vamos ya con la receta. Al final queda
como una especie de suizo que como ya sabemos es más conocido que los Hochíos.
Por eso hay que recopilarlos ;)
Los secretos (para
8-10 Hochíos)
-
125 gramos de aceite
de oliva
-
550 gramos harina de
fuerza
-
35 gramos de levadura
fresca
-
1 cucharadita de sal
-
100 gr de Azúcar
-
250 gramos de agua
templada
-
Matalahuva (mi madre
me cuenta que en su pueblo, Torredelcampo no se ponía esta especia, así es que
yo he respetado su receta)
La pócima
-
Disolvemos la
levadura en un poco de agua templada con el azúcar y 100 gramos de harina.
-
Tapamos con papel
film y dejamos leudar durante 20 minutos.
-
Después mezclamos con
el resto de la harina, amasamos.
-
Tapamos y dejamos
reposar en un lugar cálido unos 45 minutos.
-
Volcamos la masa en
una superficie enharinada, espolvoreamos por encima también con harina y
presionamos la masa para quitarle el aire.
-
Hacemos bolitas de
unos 50 gramos cada una y dejamos reposar otros 45 minutos más o menos. Después
aplastamos un poco las bolitas sin llegar a ser planas.
-
Precalentamos el
horno a 190 grados y metemos los Hochíos durante 15 minutos.
-
Sacamos y
espolvoreamos con azúcar.
p
p
Personalmente le echaría menos harina y algo más de azúcar. Están muy ricos con un café o té a media tarde o para desayunar.
Si queréis ver el #diadeldulceTS de mis compis en TS de noviembre, aquí os dejo un enlace a sus Recetas.
By K-lerit&Kobb
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