lunes, 15 de agosto de 2016

Guacamole, mola que mola, el guacamole....









 Nunca olvidaré la primera vez que probé el guacamole. Fue en un restaurante de la Castellana. Se llamaba ¡Sí, Señor!. No sé si aún sigue existiendo pero ha tenido varios dueños. El caso es que era un poco reacia ya que no sabía cómo iba a saber. Pero al probarlo provocó en mi un mundo de sabores, texturas... Quedé fascinada.

Aquel día además nos sentaron cerca de una mesa de rostros conocidos, una de las cantantes del duo Azúcar Moreno y su marido, futbolista. Esto no es relevante pero sirve a modo de anécdota.

Tanto me gustó el sabor que dos días después decidí ir a otro restaurante mexicano, este auténtico, tipo poblado, de los blancos, de los de siempre, para volver a tomar guacamole. Pero oh,  el guacamole no era igual, no tenía sabor, era aguacate sin más aderezos. 

Así es que yo empeñada en volver a disfrutarlo me propuse buscar la receta y hacerlo yo misma, recordaba los sabores y tenía que encontrar una que se pareciera a lo que yo había probado ¿Por qué no? 

En aquel tiempo no existía internet, ni datos, ni RRSS, ni mucho conocimiento de la gastronomía de allende nuestras fronteras salvo la italiana o la china, con lo cual el reto se hacía más difícil. Ahora se busca una receta en internet y listo, la adaptas como tú quieras.

Con mucho optimismo y fuerza de voluntad me recorrí todas las librerías de Madrid buscando libros de recetas mexicanas. Un fracaso total, los que encontraban eran de cocina más casera, más contundente. Fui a Vip's y nada, a El Corte Inglés y más de lo mismo.

Sabía que había unas tiendas de libros y discos que no llevaban mucho en Madrid, creo que no hubo en otras ciudades aunque no estoy segura, que se llamaban Crisol y aunque iba desesperanzada llegué a una que había en Serrano esquina con Conde de Aranda o una de las que cortan a esa altura con Serrano, ahora no recuerdo exactamente. Y Milagro!!!! lo encontré. Como era estudiante universitaria, tampoco tenía mucho dinero para comprar el libro,  ya que acababan de editarlo y se veía que era un buen libro de cocina mexicana. Así pues me leí tres o cuatro veces la receta y la memoricé.

Creo que ese fue uno de los momentos más alegres que recuerdo, cuando consigues tu meta.

Debe ser una receta buena y en condiciones porque años después fui un año a L.A. (California) y cada vez que teníamos que preparar alguna receta para los compis, además de hacer la típica, exquisita y tan nuestra tortilla de patatas que arrasa por el mundo y el gazpacho,  llevaba mi guacamole. 

No quedaba nada de nada. Incluso los propios mexicanos me decían que lo había hecho muy bien. Así es que aquí os la dejo para que también os relamáis vosotros y vuestros amigos o invitados.




En Madrid hemos ido a comer al Huerto de Lucas, espacio precioso donde los haya y lo que es el guacamole no tiene sabor es aguacate con aceite. Quizás para otros es excelente. Pero para nosotros no. Así es que, una vez más, no todos los guacamoles son iguales, ni la tortilla española ;)

Los Secretos
-        1 aguacate grande maduro
-        1 cebolla grande roja
-        El zumo de una lima
-        1 tomate muy rojo
-        Un ramillete de cilantro fresco
-        Sal
-        Tabasco o guindilla

La Pócima
 - Picamos la cebolla en juliana. Si no te gusta mucho el sabor la puedes rallar así es más sútil.

- Exprimir la lima hasta obtener su zumo

- Cortar el tomate en brunoise

- Cortar las hojas del cilantro

- Abrir el aguacate y extraer su pulpa

-  Aplastar la pulpa del aguacate con un tenedor. No triturar porque se trata de un plato para untar tipo dip. No es una salsa ni una sopa.

-  Rociar el zumo de lima para que no se ennegrezca el aguacate ya que se oxida con mucha rapidez.

- Echar sal al gusto.

- Incorporar el resto de los ingredientes. Ojo, cuidado con el tabasco tiene que tener un cierto picor pero no pasarse. Si no os gusta no pasa nada, se quita y ya está. Es igual de buena.

-  Una vez en la mesa mover sutilmente para unificar los sabores.

-  Y a untar con chips de maíz, pan tostado… Deliciosoooo.




By K-lerit & Kobb







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